Recientemente hay un dilema al que se enfrenta la infraestructura de alerta sísmica en Ciudad de México debido a dos problemas: que 16 de 36 sensores sísmicos en Oaxaca dejaron de funcionar por las heladas en el estado; y la caída de una antena repetidora a causa de fuertes vientos, lo que provocaría que en caso de un movimiento telúrico con epicentro en aquel estado, las alarmas en la capital no sonaran.
Ahora, para la reparación de la torre, Gobierno Federal ha tenido que destinar 3 millones de pesos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para la reparación de la antena; la mala noticia es que al tratarse de trabajos de obra civil, estos podrían tardar hasta cuatro semanas en completarse.
Batalla de declaraciones
Luego de que el miércoles el Jefe de Gobierno de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera declarara sobre las fallas en la infraestructura oaxaqueña, el director del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES), Juan Manuel Espinosa, explicó que la antena y los sensores no podrían ser reparados hasta que el estado de Oaxaca liquidara un adeudo por 24 millones de pesos desde 2012, monto al que se le agregarían 14 millones por mantenimiento del sistema durante 2018.
Ante el caso, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, negó que el adeudo, atribuible a la administración anterior, fuera un impedimento para la reparación de los sensores, y hasta aseguró que los sensores dañados ya habían sido reparados, por lo que la alerta ya funcionaba con normalidad en Oaxaca.
La declaración contrasta con la que dio el viernes por la mañana el doctor Miguel Ángel Mancera, quien señaló que los sensores aún no están operando, y que las estaciones en Ciudad de México aún no reciben ninguna señal por parte de Oaxaca.
Finalmente, reafirmó que durante el tiempo que tarde en solventarse el problema, la alerta sísmica no sonará en la capital en caso de un sismo proveniente de Oaxaca, por lo que se buscarán medidas alternas para alertar a la población en caso de un siniestro, aunque desde luego, cualquier otro sistema demoraría los tiempos de respuesta en comparación con la alerta sísmica.