¿Habías escuchado hablar de la Brecha de Guerrero? Resulta que es un sitio de aproximadamente 200 kilómetros en las costas de Guerrero donde desde 1911 no se ha registrado un sismo de grandes magnitudes. Eso sucede porque en esa área se encuentra la subducción (hundimiento) de la Placa de Cocos debajo de la Placa de Norteamérica.
Como se ha estudiado, la tectónica de placas dice que la litósferao capa más externa de nuestro planeta, está formada por 15 placas mayores y 43 placas menores que se desplazan a razón de 2.5 cm/año y que al ser la Tierra un espacio finito, hace que entre esas placas haya fricción, se separen o se deslicen lateralmente, y es en los límites entre las placas donde comúnmente se originan los terremotos.
¿Qué sucede en la Brecha de Guerrero?
Lo que sucede es que al estar en una zona de subducción, en las costas de Guerrero los sismos son algo cotidiano, pero son micro sismos. Sin embargo la posibilidad de un terremoto de gran magnitud no puede obviarse, debido a que las placas continúan en movimiento y por algún sitio debe salir la energía que se va acumulando.
Recordemos además, que al estar unos 300 km de la CDMX, la posibilidad de afectar severamente a la capital del país existe, al menos eso fue lo que sucedió en 1985, cuando el terremoto de 8.1M causó grandes pérdidas humanas y materiales debido a que se hundió la placa de Cocos debajo de la Placa de Norteamérica, alcanzando la ciudad de México en un par de minutos.
Al estar construida sobre un lago desecado las ondas sísmicas se amplifican, llegando a la devastación que sucediera hace tres décadas, por lo tanto es importante continuar con la vigilancia en esta zona, debido a que un sismo de gran magnitud podría estarse gestando en esa área, sin embargo, recordemos que hasta el momento, no existe ninguna tecnología capaz de predecir un terremoto.
Los terremotos silenciosos
Investigadores de Rusia, Japón, Estados Unidos y México, detectaron una anomalía en el movimiento habitual de la Placa de Norteamérica, ya que en 2006, cambió la dirección de su desplazamiento, en vez de moverse con dirección a la ciudad de México a razón de 2.5 cm/año, se movió en dirección opuesta y en un plazo de 6 meses aceleró su velocidad en cuatro ocasiones.
Si bien es cierto que ese movimiento inusual registrado en 2006 podría implicar un «alivio» a la tensión que se ha acumulado entre las placas a lo largo del tiempo, también es cierto que el riesgo sigue latente.
Sin embargo la historia de los sismos silenciosos en la brecha de Guerrero reconoce al menos otro, desde que se instalara el sistema GPS para monitorear esta área del país, así en octubre de 2001 y hasta noviembre de 2002, se presentó un desplazamiento en promedio de 10 cm sobre una superficie de entre 250 y 550 km2 equivalente a una magnitud de momento de 7.5
El 8 de octubre de 2001 hubo un sismo de magnitud 5.9 en Coyuca, al Noroeste de la brecha, se produjo a una profundidad muy pequeña, siendo este tipo de terremotos muy raros en el Pacífico por lo que los investigadores Pacheco e Iglesias, suponen que pudo deberse el inicio del deslizamiento de la placa, además tuvo más de 300 réplicas a lo largo de 6 meses.
El otro temblor que se dejó sentir en esta área fue en el mes de abril de 2002 con magnitud 6.7 y fue un evento tsunami-génico que se localizó cerca de la brecha, esto hace suponer que el inicio y el final del terremoto silencioso, no lo fue tanto, puesto que hubo sismos aunque de una magnitud inferior que se dejaron sentir en la región.
Lo extraordinario del Terremoto de Chiapas
Resulta que en nuestro país además de la Brecha de Guerrero, existe también la Brecha de Tehuantepec, y fue casi sobre esa brecha a solo 70 km según Vlad Manea (investigador de la UNAM) donde se produjo este devastador sismo que afectó principalmente a los estados de Oaxaca y Chiapas, en este sitio desde hace más de un siglo no se habían producido sismos de gran magnitud, por eso su semejanza con la Brecha de Guerrero y la expectativa que de un momento a otro pueda producirse otro gran temblor.
Sin embargo tanto Vlad Manea como Marina Manea, piensan que tal vez este sismo originado en la Brecha de Tehuantepec, ayudó a liberar una parte de la tensión que se ha almacenado a lo largo del tiempo, y con suerte, alguna de las mil réplicas sucedidas en la propia brecha, tal vez haya tenido una magnitud suficiente para cerrar la brecha y evitar que en el futuro se produzcan más terremotos en la región.