Es oficial, después de casi dos meses en el espacio, los astronautas de la NASA, Robert Behnken y Douglas Hurley, subieron al Crew Dragon de SpaceX para estar de regreso en la Tierra. El splashdown ocurrió exactamente a las 1:48pm (hora de México) en el Golfo de México. La zona del acuatizaje ha sido Pensacola, Florida. Ahí el buque «Go Navigator», capitaneado por Bob Potomski, estaba ya listo para el proceso de recuperación, tanto de la nave Crew Dragon como de su tripulación.

El proceso de retorno de la histórica misión espacial inició ayer a las 6:35pm (hora de México), cuando la Crew Dragon «Endeavour» se desacopló de la Estación Espacial Internacional. Dos disparos de sus propulsores hicieron que la nave se alejara para, después de unos minutos, salieran del Keep Out Sphere, un límite imaginario de 200 metros lejos del laboratorio espacial.

Poco antes de las 1:00pm inició el deorbit burn, proceso con el cual la nave empieza a reducir su velocidad para comenzar el descenso. Las cifras de la entrada del Crew Dragon «Endeavour» a la atmósfera de la Tierra son impresionantes: la nave alcanza más de 28,000 kilómetros por hora en su velocidad orbital antes de su reingreso, mientras que en su entrada experimenta una temperatura de casi 2,000 grados celsius.

En el proceso de reingreso, hubo unos minutos de corte de enlace, en los que ni la Tierra ni la nave espacial se pueden comunicar. Una vez dentro de la atmósfera se desplegaron dos conjuntos de paracaídas, unos a 18000 pies de altura y otros a los 6,000 pies de altura. Así hasta caer en el Golfo de México.

Como se ha dicho en varias ocasiones, esta misión llamada Demo-2 ha sido histórica. Primero porque SpaceX se convierte en la primera empresa privada en enviar astronautas de la NASA al espacio, y en segundo porque después de una década se ha realizado una misión tripulada desde suelo estadounidense.

Claro que estos hitos tiene objetivos mucho más grandes: el de SpaceX es el de iniciar los viajes comerciales turísticos al espacio, mientras que el de los EUA es ya no depender de los rusos para realizar misiones tripuladas.

Hoy concluye una misión histórica, pero se abren las puertas para un nuevo capítulo en la industria espacial.