Cuando comenzó a surgir evidencia del uso de drones para el transporte de droga entre México y Estados Unidos, las alertas sonaron por todos lados; no es para menos, el crimen organizado daba muestra de su capacidad creativa para poner las nuevas tendencias en materia de tecnología, a su servicio. Y ahora, ha vuelto a suceder.
De acuerdo a The Washington Times, policia nacional encontró un dron equipado con una bomba casera y un detonador a distancia la semana pasada. El equipo era portado por cuatro personas en una camioneta que había sido reportada como robada. También se encontraron un AK-47, municiones, teléfonos y un dron de cuatro hélices.
Nuevamente el asunto ha causado polémica entre analistas, pues se teme que drones de este tipo sean utilizados para atacar objetivos específicos en territorio estadounidense.
Peor aún, la aparición de este tipo de tecnologías solo indica que los cárteles están sofisticándose a pasos agigantados. Antes de los drones kamikazes, la mayor preocupación eran unos artefactos conocidos como bombas «papa», que consisten en una esfera con un núcleo de explosivos contenidos y listos para ser embalados y producir un alcance más letal.
Los drones bomba no son invento de los cárteles mexicanos. El año pasado, en medio de los conflictos armados de Irak, ya se daba cuenta de la existencia de drones kamikaze por parte de grupos yihadistas, y específicamente, del Estado Islámico, lo que por supuesto, no vuelve sino más preocupante que estos usos hayan encontrado la forma de aparecer a medio planeta de distancia.
Al problema hay que sumarle el ya bien conocido de recolección, transporte entrega de droga a través de drones. En agosto, agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos capturaron un dron con una carga de metanfetaminas con un valor equivalente a 46 mil dólares. También fue aprehendido el sujeto que piloteaba el dron, quien indicó que no se trataba de su primer encargo y que por cada recolección recibía mil dólares.