Cinco integrantes de la familia se contagiaron del virus SARS-CoV-2 y, en solo 42 días, todos fallecieron a causa de complicaciones con el COVID-19.

La primera infectada fue la madre, pero no lo informó a sus seres queridos, de acuerdo con un periódico local.

Verónica, de 33 años, quien estaba casada con José Antonio, también de 33 años; era madre de Nicol Verónica, de 17 años y de los mellizos Jhoneider y Jhoneiker, ambos de cuatro años; todos radicaban en el estado de Táchira, Venezuela.

El 17 de diciembre, la mujer presentó síntomas, por lo que acudió sola a un centro de salud para realizarse la prueba de COVID-19, fue entonces cuando supo que era un caso positivo, pero decidió guardar silencio.

Fue hasta que su esposo se encontraba en la fiesta cuando Verónica decidió contar que estaba infectada de COVID-19.

Tras conocer la situación, el hombre acudió con sus tres hijos para hacerse la prueba rápida, pero dio negativo.

La familia se aisló sin supervisión médica, pues creían que estaban fuera de peligro.

Verónica también se aisló y continuaba con malestares, pero fue hasta el 14 de enero que requirió ser hospitalizada, ya que presentó un cuadro de neumonía.

Los demás miembros de la familia se hicieron una prueba, esta vez PCR, y el resultado indicó que el padre, hija y los mellizos estaban contagiados de COVID-19, pero eran asintomáticos. 

El padre y sus hijos tenían tos por las noches y madrugadas, pero creyeron que ello se podría deber al frío propio de la temporada.

Sin embargo, dos días después, José Antonio empeoró y también tuvo que ser hospitalizado.

El día 18 de enero Verónica no logró resistir y falleció, pero la familia consideró que no debían informarle a su esposo, pues su estado de salud se complicaba; al día siguiente, José Antonio también falleció.