Las precarias condiciones del ala pediátrica del hospital São João de Oporto, en el que los niños enfermos de cáncer llegan a recibir quimioterapia en los pasillos, ha causado una enorme polémica en Portugal que llegó al Parlamento.

La situación ha sido denunciada públicamente por los padres de algunos de estos menores, que han descrito cómo sus hijos son tratados en habitaciones «muy pequeñas» en las que «entra humedad y frío» al no estar bien aisladas las paredes. Además, reciben quimioterapia en los pasillos, aseguraron.

Ante el revuelo generado, el presidente del hospital, António Oliveira e Silva, reconoció a periodistas que las condiciones en el área pediátrica son «indignas» y «miserables», y achacó el problema a la falta de recursos para renovar las instalaciones.

«Hay un protocolo firmado, tenemos un proyecto listo para ser ejecutado y no tenemos el dinero liberado que haga posible la ejecución de ese proyecto», dijo.

El responsable de liberar esta partida es el Ministerio de Finanzas, cuyo titular, Mário Centeno, ha señalado al anterior Gobierno, liderado por los conservadores del PSD (centroderecha), que, dijo, prometió que subsanaría las carencias.

«El problema en el área pediátrica en el São João estaba identificado hace una década», afirmó Centeno en comisión parlamentaria, donde dijo que el proyecto para construir una nueva ala pediátrica en ese hospital tendrá lugar, como se ha establecido, aunque no precisó posibles fechas.

Esa construcción «está en este momento en un conjunto de proyectos para la sanidad, cuya aprobación fue realizada y va a avanzar», garantizó.

La indignación que ha despertado en el país las condiciones en las que son tratados los niños en el São João ha llevado a pronunciarse al presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien se mostró convencido de que el Ejecutivo del socialista António Costa está comprometido con este asunto.

«Hay sensibilidad del Gobierno para enfrentar y desbloquear el problema», afirmó Rebelo de Sousa, quien subrayó que el debate sobre las precarias condiciones de esta pediatría oncológica ya «es una cuestión antigua».